El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Se celebra desde principios del siglo XX y comenzó como una lucha por el derecho de voto y el derecho a ocupar cargos públicos, al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Y a últimas fechas se dedica cada año a diferentes temas, siendo algunos de ellos los derechos de las mujeres rurales, la emancipación de la mujer y la no violencia contra la mujer.
En lo personal no soy muy afecta a la celebración de cosas o personas en días prefijados, por ejemplo el Día del amor y la amistad, el día de la madre, o del padre, o el de los maestros, no porque crea que no sean dignos de celebrarse, todo lo contrario, me parecen tan importantes y dignos de festejarse que me resulta chocante que se les dé una intención meramente comercial y se haga de ello un festejo estereotipado y obligado, dejando los demás días del año prácticamente en el olvido a seres tan importantes en la vida de toda persona, cuando deberíamos agasajarlos cada día.
Creo también que se establecen días de personas, recursos, actividades y otros motivos para festejar, pero también de aquellas causas que hay que defender, asuntos que requieren atención inmediata: el planeta, el agua, la niñez, los derechos de los animales, el trabajo, la no violencia, la lucha contra el cáncer, entre muchos otros.
Y entonces pienso: que pena que sea necesario crear un Día Internacional de la Mujer. Porque significa que este, dolorosamente, es un asunto que precisa atención urgente. Un asunto vergonzosamente pendiente para la humanidad En éste momento casi la mitad de la población mundial, (3 500 millones aproximadamente) son mujeres, y por desgracia cada día, en todo el mundo, en éste mismo instante, mientras tu tomas tu café y disfrutas tranquilamente de la lectura, miles y miles de ellas viven una vida sin los más elementales derechos humanos.
En países como Irán las leyes prevén que la mujer puede ser condenada a morir lapidada. En muchos países de África las mujeres sufren terribles mutilaciones obedeciendo irracionales prácticas religiosas. Pero no vayamos tan lejos porque en nuestro querido México las mujeres indígenas han estado marcadas por la discriminación y la exclusión, negándoseles en muchos casos el derecho a la educación y a la participación en la vida laboral o recibiendo salarios muy inferiores a los que percibe un hombre, aunque no siempre es exclusivo de la mujer indígena.
Cada año miles de mujeres en nuestro estado, país y en el mundo entero son discriminadas, golpeadas, sometidas, vejadas, .mutiladas e incluso asesinadas, (no olvidemos las muertas de Juárez, víctimas de la violencia de género).Para las políticas públicas la mujer sigue siendo considerada como una minoría vulnerable, esto a pesar de que prácticamente la mitad de la población total somos mujeres.
Es por ello necesario levantar la voz. Hacer el cambio. Hasta que llegue el día en que la mujer sea tratada en todo el mundo con equidad y justicia. La existencia del Día Internacional de la Mujer hace tangible la necesidad de protegerla y reivindicarla y que le sean instaurados sus derechos de manera plena.
Qué triste que sea imperioso alzar la voz. Qué triste sí. Pero qué bueno que exista éste día, que los ojos del mundo volteen hacia ésta imperiosa y urgente necesidad y que exista la voluntad de hacer el cambio, de saldar ésta terrible deuda para con las mujeres. Es un día para pensar, para reflexionar. Y más allá del festejo en una oficina o una felicitación por la radio, más allá de los abrazos y las llamadas telefónicas o el e-mail alusivo. Es el día para pensar y alzar la voz por todas las mujeres, por ellas, las que no tienen como nosotras el acceso a la educación, la libertad de elegir, el derecho a un trato digno, la oportunidad de exigir. Por ellas, las que han perdido la vida víctimas de la violencia de género, por ellas, las que vivieron y viven su vida en la sombra de la discriminación y el anonimato. Es el día para ser solidarias con nuestras congéneres, para reconocernos y valorarnos. Hoy es el día.
Y por todo esto, aunque no soy partidaria de tener días para festejar mil cosas. Hoy quiero dar mi voz y elevar mi corazón de mujer al cielo, para pedir por todas, mujeres maravillosas que están en espera de que hagamos el cambio que las llevará a una existencia mejor y más plena.
Y que cada día avancemos un poco más en el propósito de que cada mujer tenga las mismas oportunidades y ejerza todos sus derechos. Todos los días tenemos una oportunidad, la de de cambiar el mundo y hacerlo mejor. ¡Feliz Día Internacional de la Mujer…a todas nosotras!
Publicado en el Suplemento Diario Mujer del Diario de Colima el día 16 de marzo de 2011
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